Una sociedad no puede superar la corrupción recurriendo únicamente al Derecho Penal. La estrategia necesita técnicas que permitan aminorar las oportunidades delictivas.
El domingo comenzó el circo constituyente. Marchas innecesarias, agresiones a carabineros incluidas (el PC prometió que la convención sería rodeada por activismo en la calle), muchos de los constituyentes arribaron tarde, largo retraso en la hora de inicio de la ceremonia, interrupción de la misma, pifias en medio de la canción nacional interpretada por una sorprendida orquesta juvenil, gritos altisonantes y maleducados de Labraña, apoyo contra “la represión” a manifestantes que habría estado aconteciendo afuera del antiguo Congreso Nacional, elección de Loncón…
Nos vamos a ir a dormir bastante tarde el domingo 16, porque los escrutinios serán largos y tediosos. Los medios nos van a llenar de porcentajes y de nombres, pero va a haber dos elecciones que los precandidatos presidenciales de Chile Vamos y del Partido Republicano mirarán con especial atención.
Desde esta vereda, nos apoyamos en ese fondo de sabiduría humana, acumulado de generación en generación, y que resulta tan incómodo para las izquierdas rupturistas.
El líder del Partido Republicano, recién recuperado de covid-19 y tras una “pausa reflexiva” que le dio la enfermedad, está listo para volver a las pistas y competir en primera vuelta por la presidencial: “Tengo ventajas importantes para enfrentar a alguien como Jiles o Jadue. Tengo identidad, tengo convicción”
Desde esta vereda, nos apoyamos en ese fondo de sabiduría humana, acumulado de generación en generación, y que resulta tan incómodo para las izquierdas rupturistas.
¿Vamos a defender la inmutabilidad de esa Constitución? Nada más lejos de eso. La Convención Constituyente es una oportunidad para escribir una nueva, tomando lo mejor de ese texto y mejorando los desafíos e insuficiencias que tiene el actual.
Una sociedad no puede superar la corrupción recurriendo únicamente al Derecho Penal. La estrategia necesita técnicas que permitan aminorar las oportunidades delictivas.
El domingo comenzó el circo constituyente. Marchas innecesarias, agresiones a carabineros incluidas (el PC prometió que la convención sería rodeada por activismo en la calle), muchos de los constituyentes arribaron tarde, largo retraso en la hora de inicio de la ceremonia, interrupción de la misma, pifias en medio de la canción nacional interpretada por una sorprendida orquesta juvenil, gritos altisonantes y maleducados de Labraña, apoyo contra “la represión” a manifestantes que habría estado aconteciendo afuera del antiguo Congreso Nacional, elección de Loncón…
Nos vamos a ir a dormir bastante tarde el domingo 16, porque los escrutinios serán largos y tediosos. Los medios nos van a llenar de porcentajes y de nombres, pero va a haber dos elecciones que los precandidatos presidenciales de Chile Vamos y del Partido Republicano mirarán con especial atención.
Desde esta vereda, nos apoyamos en ese fondo de sabiduría humana, acumulado de generación en generación, y que resulta tan incómodo para las izquierdas rupturistas.
El líder del Partido Republicano, recién recuperado de covid-19 y tras una “pausa reflexiva” que le dio la enfermedad, está listo para volver a las pistas y competir en primera vuelta por la presidencial: “Tengo ventajas importantes para enfrentar a alguien como Jiles o Jadue. Tengo identidad, tengo convicción”
Desde esta vereda, nos apoyamos en ese fondo de sabiduría humana, acumulado de generación en generación, y que resulta tan incómodo para las izquierdas rupturistas.
¿Vamos a defender la inmutabilidad de esa Constitución? Nada más lejos de eso. La Convención Constituyente es una oportunidad para escribir una nueva, tomando lo mejor de ese texto y mejorando los desafíos e insuficiencias que tiene el actual.