“Este sigue siendo un gobierno de derecha, al que le ha faltado liderazgo y convicción”
El líder del Partido Republicano, recién recuperado de covid-19 y tras una “pausa reflexiva” que le dio la enfermedad, está listo para volver a las pistas y competir en primera vuelta por la presidencial: “Tengo ventajas importantes para enfrentar a alguien como Jiles o Jadue. Tengo identidad, tengo convicción”
“Aquí hay 30 años”, dice. Afuera de su nueva casa hay todavía arrumbadas decenas de cajas, muebles, unos palos de golf, fotos. De jeans y camisa blanca, se le notan los ocho kilos que bajó con el coronavirus, y los diez días que pasó en la clínica dejaron su voz medio rasposa. “Para mí fue una pausa reflexiva”, dice José Antonio Kast sentado después en su largo comedor, con la mesa con café y “Negritas”. “Está el impacto de tener el coronavirus y sentirse bien impotente, porque uno está acostumbrado a dirigir muchas cosas y de repente darse cuenta de que a uno lo desconectan y las cosas siguen funcionando. Eso sí, fue bueno para nosotros, en el sentido de que como este es un partido que está partiendo, había muchas dudas de cómo se manejaba sin un liderazgo más conocido.
—¿Cuáles fueron sus reflexiones en esos días enfermo?
—Al principio, cuando llegué, pensaba que iba a recibir oxígeno y me iba a volver, y cuando la doctora te dice: “Mire, creo que va a tener que acompañarnos un tiempo”, aprendí mucho de los médicos que iban explicando todo esto y decían: “Sin vacuna, la cantidad de personas que habrían muerto es impresionante”. Y después, ya asumes la condición de que tienes que entregarte a lo que plantean los médicos. Y también —agrega— soy una persona de fe. Entonces, mi relación con Dios, con la muerte, es bastante natural. No he cambiado en mi forma de ser, pero sí estar diez días sin conectarse directamente a los medios te hace esa pausa, te hace ver qué cosas son relevantes, importantes, urgentes y necesarias, y cuáles, no.
—Hablando de lo esencial, ¿hizo en estos días de reflexión alguna autocrítica de su estilo, de su modo de hacer política?
—Tengo un modo de actuar en redes sociales que es más directo. Y se acostumbra poco en Chile a decir las cosas por su nombre. Me crié en un estilo donde uno dice las cosas, mira a los ojos y se hace responsable de lo que dice, y por algo nunca me han censurado en Twitter. Pero sí aprendí que ahora tengo que contar hasta diez. Esta pausa sirve para eso. Yo, en general, nunca tuiteo enojado, tuiteo de manera racional. Pero ahora voy a tomarme diez, veinte segundos más.
—¿Por qué?, ¿quiere ser un factor de más unidad?
—Lo que más me sorprendió fue la carta de los candidatos presidenciales de la izquierda. Esto no puede seguir así, esto es pequeño. Estamos en un momento crítico, donde todos deberían colaborar.
—¿Cómo se entiende el apoyo transversal al tercer retiro?
—Están mirando la elección, cómo sacar el mejor resultado, y aquellos que estaban íntimamente vinculados al Gobierno se van distanciando, y vemos que gente que fue parte del Gobierno, que es parte de la coalición, presenta proyectos de ley inconstitucionales, fórmulas que lindan en el populismo puro y no se atreven a decir las cosas por su nombre.
—El estímulo para alejarse del Gobierno es muy alto para los parlamentarios hoy día.
—Le he preguntado estos días a algunos parlamentarios amigos qué pasó. Algunos me dicen que están cansados de que el Gobierno no haga lo que tiene que hacer. Y yo les respondo: ¿Es eso o la reelección? Y no me contestan.
—Pero usted también ha sido crítico. Primero criticó al Gobierno por no poner cuarentenas, después dijo que las cuarentenas no servían.
—Una distinción, nosotros no somos parte de la coalición de Gobierno.
—¿Usted es oposición al Gobierno?
—No somos parte de la coalición de Gobierno —repite—, los republicanos colaboramos con mucho trabajo entre la primera y la segunda vuelta porque vamos por una causa, que es Chile.
—¿Este gobierno dejó de ser de derecha o lo sigue siendo?
—Este sigue siendo un Gobierno de derecha, al que le ha faltado liderazgo y convicción.
—¿Cómo sacarse el apodo de “extrema derecha”?
—Es que la izquierda en esto no ceja, trabaja sin parar en la estigmatización de las personas y va generando violencia, justifica el uso de la violencia física, verbal y virtual, y yo fui víctima de eso en varias universidades por solo pensar distinto.
—¿Algunos que forman hoy parte de su partido no contribuyen a ese clima también?
—¿Cómo quién?
—Marinovic, por ejemplo. Retuitea mensajes en que dice que el Congreso no estaría en la lista de los “esenciales”. Ningunea al Congreso.
—Ella tiene toda la razón. Porque este Congreso lo que ha hecho al final es aumentar la crisis, porque ha boicoteado todo…
—Sí, pero el punto es si ustedes no son responsables también por ese tipo de mensajes, o de lenguaje. El candidato a alcalde por Las Condes hace campaña argumentando que mientras había tres millones de personas cesantes en Chile por la pandemia, la candidata Peñaloza cobró 160 horas extras.
—Mostrar la realidad no necesariamente es irse a un extremo o atacar. Lo que está haciendo Gonzalo de la Carrera es mostrar que hay un desgaste total de la autoridad y que el municipio ha dejado de cumplir con el fin para el cual está: servir a los vecinos y no servir a los amigos. Y eso es algo que lamentablemente en el tiempo se va confundiendo.
—¿Si llegara a ganarle Gonzalo de la Carrera a Daniela Peñaloza, sería un cambio en el tablero político?
— Claramente, Gonzalo de la Carrera va aventajando a Daniela Peñaloza. Y políticamente significaría que la gente no está de acuerdo con las denominaciones uninominales de los candidatos. Lavín tiene un respaldo institucional de Chile Vamos, tienen que hacer su primaria. No altera lo que tiene diseñado hoy Chile Vamos.
“Ganas no me faltan”
—¿Va a ir de candidato presidencial de nuevo?
—Si es que el Partido Republicano se constituye y deciden que yo lo haga, porque ya no decido yo…
—¿Tiene ganas?
—Ganas no me faltan nunca. Antes dependía de mí, hoy hay un proyecto. Por eso decía que esta pausa reflexiva ayudó a consolidar el proyecto.
—¿Le interesa que le llegue la misma invitación que le llegó a Sebastián Sichel de participar de las primarias de Chile Vamos?
—No hay tiempo, por el mismo hecho de ir postergando las elecciones y que todavía se siga discutiendo si se van hacer las elecciones en mayo. Estamos igual que antes del 11 de abril. La inscripción de los candidatos es el 18 de agosto, no somos parte de Chile Vamos y no han considerado que nosotros estemos en una primaria. Es sano que exista un debate de ideas frente a la ciudadanía, en general, no dentro de un sector. Todo el mundo recuerda los debates presidenciales con dos candidatos de derecha y seis de izquierda. Dos candidatos de derecha con una sana convivencia, convocan a más gente a las urnas que uno solo, frente a una izquierda que está atomizada.
—Al interior de su partido hay algunos inclinados a que participe en las primarias
—Eso lo va a decidir el consejo general y cada uno argumentará.
—¿Usted se inclina más por ir en primera vuelta?
—Hoy día es tarde para abrir la puerta para una primaria presidencial. Creo que es mejor ir a primera vuelta; nuestro comportamiento político en este tiempo dice que somos personas serias que buscamos la unidad. Nosotros hicimos un sacrificio bastante grande, también Chile Vamos, para lograr la unidad. Tenemos algo que en Chile se solicitó por mucho tiempo: que la derecha se pusiera de acuerdo. Contribuimos a ese acuerdo y tenemos una sola lista de constituyentes.
—¿Y no sería más coherente ir en una primaria entonces?
—Son distintas elecciones. Sí sería bueno, si es que el resultado constituyente así lo demostrara, poder ir con una sola parlamentaria y dos candidatos presidenciales.
—¿Cuál es su proyección para la elección de constituyentes? En Chile Vamos dicen que llegarían a un 34,8% de representación. Solo 54 escaños.
—Es muy difícil hacer análisis en situaciones de crisis como las que estamos viviendo. No hay interés de la ciudadanía en el tema electoral, salvo el municipal que es más directo, hay una distancia infinita. La gente le dedica más tiempo a analizar el cambio de un auto que la elección de un constituyente.
“A Jiles hay que confrontarla con la verdad”
—Usted que conoce la UDI por dentro, ¿cree que Evelyn Matthei va a llegar a las primarias?
—Evelyn Matthei hoy optó por la candidatura a alcalde y si saca buena votación, tiendo a pensar que ella va a continuar de alcaldesa, teniendo a su lado un candidato que en Chile Vamos es reconocido, que es Joaquín Lavín.
—¿Votaría en segunda vuelta por Lavín? Dijo que no votaría por un socialdemócrata.
—Lo he pensado, pero sigo diciendo que es una pregunta hipotética. Ya dije que votaría por él si cambia de opinión de haberse declarado socialdemócrata. Él podía volver a definir ciertos principios. Un candidato presidencial de una coalición tiene un programa de gobierno, por lo tanto, también es importante ver cuál es el programa de gobierno.
—¿Quién está más cerca de la UDI hoy, usted o Lavín?
—Tiendo a pensar que mucha gente cercana a la UDI se identifica más con la posición que yo he mantenido en el tiempo, que ha sido inalterable. Mantengo la misma posición política que cuando fui concejal por Buin.
—¿Cómo ve ahora que Sichel oficialmente está convocado a las primarias de Chile Vamos?
—Lo veo como un buen candidato. Es una persona que tiene empatía, una trayectoria que ha ido mostrando transparentemente su evolución. Él era de la Concertación, pero dio un paso importante después de un segundo gobierno de Michelle Bachelet. Eso me habla bien de alguien que es capaz de ver el desastre en el cual se entrega un país.
—¿El votante de derecha se va a quedar más con RN, la UDI, Evópoli?, ¿o se puede ir a Sichel?
—El Gobierno tiene una adhesión, será baja, pero la tiene, y hay una adhesión que quizás no se manifiesta en las encuestas, pero está. ¿Quién va a interpretar a esas personas? Hay una característica de los candidatos de Chile Vamos, y es que todos estuvieron alguna vez en el Gobierno de Sebastián Piñera. Todos fueron ministros en algún momento. No deja de llamar la atención que personas que fueron parte del diseño de las políticas públicas hoy tomen distancia y critiquen medidas del Gobierno.
—Pero Ignacio Briones, que sería el más leal al Gobierno, tiene muy poca adhesión en las encuestas.
—Lleva solo un mes en pandemia haciendo campaña. Es muy difícil instalar un nombre. Joaquín Lavín, ¡cuántos años lleva de candidato! La más sorprendente, entre comillas, es Pamela Jiles. Que aparece de repente, porque concentra la atención de un grupo de personas que de alguna manera son antisistema.
—¿Y la izquierda cree que va a seguir en la línea de renegar el pasado?
—No hay liderazgos en la izquierda moderada; están capturados por las posiciones más extremas del Partido Comunista y el Frente Amplio. No hay una propuesta país, solo una escalada que busca destruir, paso a paso, lo que a Chile le costó construir durante décadas.
—¿Cómo se explica el liderazgo de Pamela Jiles?
—En toda sociedad hay personas que van a seguir liderazgos disruptivos. Eso lo vemos en Perú, en una serie de personas que será entre el 5, el 10, o el 15 por ciento que van a generar algo disruptivo. A Pamela Jiles no hay que tenerle temor, hay que confrontarla con la verdad.
—Algunos hacen el paralelo de los extremos entre Pamela Jiles y usted.
—Es un error. No soy una persona de extrema, soy una persona de sentido común. Tengo identidad clara, tengo convicción. Y tengo ventajas importantes para enfrentar a alguien como Jiles o como Jadue. Para enfrentar liderazgos disruptivos no hay que ceder por temor al qué dirán, como lo hacen algunos en programas de televisión, no tiene por qué ceder al otro, hay que confrontar sus ideas con nuestras ideas. Aquí hay un tema de convicción, de respaldo a un proyecto de un modelo social, económico, cultural, que la derecha ha presentado y por el cual no tenemos por nada de qué avergonzarnos. Todos los países que se han desarrollado son en base a este modelo, no al modelo de Jiles o Jadue.
—Pero usted después del estallido no logró capitalizar adherentes. El Rechazo perdió por mucho.
—Eso es parte de análisis políticos de personas que, en general, no están en el día a día de la ciudadanía.
—Están las cifras
—Me siento orgulloso de haber trabajado por el Rechazo. Al día siguiente estaba llamando a la unidad, porque mucha gente que votó por el Apruebo políticamente se identificaba siempre por el Rechazo. Ahí tenemos a Desbordes, Ossandón, Lavín, a mi sobrino Felipe Kast. El mapa político no ha cambiado. Chile sigue teniendo dos bloques fuertes y consolidados. La centroizquierda y la centroderecha. Somos una alternativa real para recuperar la estabilidad, el orden y el progreso que Chile necesita. Esa es la mejor forma para enfrentar a la izquierda y al populismo, con una alternativa clara y de convicciones profundas.