Vía La Tercera https://www.latercera.com/opinion/noticia/columna-de-martin-arrau-cuidado-con-la-billetera-presidente/RX7EK74PNNDTDJLQ7ZVHG2TUUE/
La semana pasada nos enteramos que el Gobierno lleva adelante negociaciones con organismos internacionales para recibir un poco más de US$1.000 millones que estarían destinados a acelerar la potencial industria del hidrógeno verde local. El detalle es que gran parte de este monto correspondería a préstamos, es decir, deuda.
Según lo informado, del Banco Mundial se esperaría un préstamo por US$200 millones, del Banco Interamericano de Desarrollo por US$ 400 millones, del Banco Europeo de Inversiones por 100 millones de euros, del Banco de Desarrollo Alemán por otros 100 y del Fondo de Inversión para América Latina y el Caribe, de la Unión Europa, por 16,5 millones de euros más. Todos estos préstamos los recibiría el Ministerio de Hacienda, a cargo de Mario Marcel, para luego ser traspasados a la Corfo.
Con esta abultada línea de crédito contra Chile surge la pregunta ¿quién se hará cargo de ella? Es justificada la duda, sobre todo cuando hemos visto en el último tiempo un preocupante manejo de la billetera fiscal. Un primer ejemplo es el malgasto en programas sociales de pésimos resultados según las evaluaciones que realiza la Dipres, donde en los últimos cinco años, un 60% de los programas tiene desempeño bajo o malo, 34% un desempeño medio y sólo un 6% desempeño bueno. A esos programas con desempeño bajo o malo se han destinado casi US$ 3.000 millones, lo que representa un 1,15% del PIB de Chile.
Sumemos a esto el que los mecanismos de control de la billetera fiscal han estado llenos de errores, y nos enteramos de esto por las vías de la denuncia y la investigación periodística, no por el funcionamiento de los sistemas institucionales: no hay freno al conflicto de interés, al trato directo, a las reglas de abstención, a las inhabilidades, a las garantías, al pago hecho en contra de trabajo realizado. Ejemplo de ello es que se han flexibilizado las barreras para el traspaso de fondos. “La mejor directora de presupuestos que hemos tenido”, eliminó la norma que exigía dos años de experiencia previa a las fundaciones para que puedan recibir dineros públicos. El 24 de junio de 2022, apenas 11 días después de asumir la presidencia Gabriel Boric, la auditora general del Gobierno autorizó un instructivo señalando que ya no era necesario reportar en el informe trimestral las transferencias, consolidaciones bancarias, sumarios, normas de probidad y saldos pendientes. El Consejo de Auditoría Interna de Gobierno no ha sesionado nunca durante esta administración y hasta la misma Contraloría General de la República acumula críticas por llegar tarde o no llegar a las fiscalizaciones.
Además, casi un 30% del gasto del Estado se destina hoy a sueldos y burocracia, cuando el promedio de la OCDE es de un 20% en el mismo ítem. Si ahorrásemos ese 10% de diferencia recaudaríamos casi US$ 5.000 millones, que es más de la mitad de lo que el ministro Mario Marcel quiere recaudar con su reforma tributaria y 5 veces más de lo pedido para el desarrollo al hidrógeno verde. ¿Se justifica pedir préstamos y abultar nuestra línea de crédito cuando podríamos ahorrar y destinar mejor ese dinero? ¿Cuándo vamos a sentarnos a discutir y legislar sobre la eficiencia del gasto público? Tenemos que recordar, que estos préstamos los pagaremos todos los chilenos a punta de impuestos.