Columna de Opinión:
Marie Claude Mayo: ¿Por qué José Antonio Kast?
La opción presidencial del Pacto Social Cristiano surge como alternativa diferenciadora respecto de los partidos tradicionales, proponiendo un proyecto país con base en la libertad, el respeto por la familia, el restablecimiento del orden, la seguridad y la reactivación económica.
Chile atraviesa una profunda crisis política y de confianza en las instituciones. Escándalos de corrupción, graves faltas a la ética, abusos de poder y privilegios, violencia callejera que la izquierda instaló desde el 18 de octubre del 2019, sumado a los estragos sociales y económicos de la pandemia, el terrorismo en La Araucanía, el aumento del narcotráfico y el crimen organizado, ponen a nuestro país en una encrucijada que sólo liderazgos con convicción, decisión y una hoja de ruta clara pueden sacar a Chile adelante. Para la elección de noviembre próximo, esa alternativa es José Antonio Kast.
El candidato del Partido Republicano es el único que representa las ideas y un proyecto político genuinamente de derecha. Porque las otras dos opciones son la izquierda radical, de la mano de frenteamplistas y comunistas, liderada por Gabriel Boric, y el candidato del continuismo al actual gobierno, el exministro Sebastián Sichel. Dejo fuera de las menciones la candidatura de izquierda de la senadora Yasna Provoste, por tener, a mi parecer, escasas chances frente a la alternativa frenteamplista.
El Frente Amplio y el Partido Comunista son los responsables políticos de la violencia que desde hace casi 2 años afecta a nuestro país, y junto a sus aliados, muchos de ellos ex miembros de la “Lista del Pueblo”, han demostrado que el respeto a las instituciones, los valores de la república, los estándares de ética pública y los principios democráticos no son lo suyo. Basta ver lo que sucede en la Convención Constituyente, donde estas agrupaciones son protagonistas.
Todos los días nos sorprendemos con una nueva muestra de autoritarismo e intolerancia, en la que se censura al que piensa diferente (como lo experimentó Jorge Arancibia), se ampara la violencia, al pedir la liberación de delincuentes y saqueadores, o se mantiene un doble estándar moral para evaluar conductas entre los suyos, como en el bullado caso del vocero de la Lista del Pueblo y vicepresidente de la Convención, Rodrigo Rojas Vade, quien mintió sobre un cáncer. Pese a todo lo anterior, sus aires de superioridad moral y ánimo refundacional no ceden, y con total altanería y desprecio por el pasado pretenden decidir el futuro de Chile.
Por otra parte, Chile Podemos Más (ex Chile Vamos) se refugia en un candidato que dice abiertamente ser de centro, habiendo sido militante y candidato de la Democracia Cristiana, que apoyó a Frei y Bachelet, para luego pasar por Ciudadanos (partido que ahora apoya a Provoste) y luego terminar como independiente, ocupando cargos en Corfo, un Ministerio y el Banco Estado, durante el Gobierno de Sebastián Piñera. Un trato displicente con los partidos políticos y su incapacidad para alinear a sus parlamentarios (la diputada y candidata al senado Paulina Núñez de RN, lo acaba de demostrar) permiten augurar que se volverán a repetir los garrafales errores políticos que ha tenido la actual administración, expresado en su incapacidad de restituir el orden y la seguridad, y llevar una agenda propia.
Finalmente, la opción presidencial del Pacto Social Cristiano, liderada por José Antonio Kast, surge como alternativa diferenciadora respecto de los partidos tradicionales, proponiendo un proyecto país con base en la libertad, el respeto por la familia, el restablecimiento del orden, la seguridad y la reactivación económica, siendo esta la senda para recuperar el desarrollo que llevó a Chile a ser líder en Latinoamérica y un ejemplo a nivel mundial.
Con ideas claras, un temple a toda prueba y la autonomía de no dejarse pautear por lo políticamente correcto o la última encuesta, Kast y los republicanos seguirán siendo protagonistas del debate público, representando la voz de millones de chilenos que se identifican con un liderazgo valiente, que cumple sus compromisos. En definitiva, con un presidenciable que da certezas y genera confianza; un líder en el que podemos creer.
Por todo esto, frente a la pregunta de ¿Por qué Kast? ¡¡¡Porque es lo que Chile necesita!!!